La Batalla Marítima. El otro lado de la historia: La gran oportunidad de victoria, para el sufrido ejército Carthaginés.

La realidad deportiva marinera en Cartagena está viviendo un resurgir del remo. Los equipos cartageneros tanto masculinos como femeninos están traspasando los límites de la ciudad para enfrentarse, de tu a tu, a los de poblaciones de larga tradición marinera.

Lo que mucha gente no sabe, es que el remo, como tantas otras cosas con las que convivimos hoy día, comenzó su andadura de mano de las fiestas. Antes de 1.992 era un deporte casi desconocido, en una ciudad que durante años y años, había vivido de espaldas al mar, a pesar de gozar de uno de los mejores emplazamientos costeros del mediterráneo, poco a poco, se había abandonado un deporte que tuvo bastante aceptación, en el primer cuarto del siglo XX.

Y sí, fue en 1.992 y bajo la frase de “daremos una oportunidad a los cartagineses de alcanzar la victoria que la historia les niega”, que un festero, marino de profesión y cartaginés de devoción, organizó la primera regata entre los dos bandos. Desgraciadamente para los de Carthago, tanto en la historia como en el deporte, ese año hubieron de doblegarse ante los romanos. Sin embargo, desde aquel año solo han sido derrotados cinco veces (92, 98, 2.008, 2.014 y 2.017), mientras que en 2.012 por el mal tiempo y 2.020, por la Pandemia que azotaba el mundo y tantas cosas paralizó, no tuvo lugar la batalla, retomada en 2.021, de nuevo hubo victoria carthaginesa en las dos categorías.

“Daremos una oportunidad a los cartagineses de alcanzar la victoria que la historia les niega.”

La Batalla Marítima

Serafín Ruiz Rubio, el organizador de la primera y posteriores regatas, acudió a la armada que tan bien conocía, donde le cedieron unas “balleneras” del arsenal militar con las que comenzaros los primeros entrenos.

El Crecimiento de la Batalla Marítima

Pero la regata no se quedaba solo en dos equipos luchando por alcanzar esa victoria deportiva. En unos pocos años, a la competición se le fueron sumando actividades de todo tipo, que hacían de la mañana del viernes festivo una verdadera fiesta. Con cosas tan simples como una paella gigante, unos barriles de cerveza, la patrulla águila, exhibiciones de los paracaidistas de Alcantarilla…, la regata se hacía cada vez más popular.

Al mismo tiempo, los equipos daban un paso más, estrechando lazos y formando un grupo de compañeros unidos y cómplices que también daban vida a las noches del campamento, nombraban padrino o madrina del equipo, al último festero nacido en las cercanías del equipo, hacían camisetas, se disfrazan unos o reman, vestidos de época, otros…

Con el paso de los años, esos equipos han comenzado a enfrentarse a otros, que han surgido de la Universidad, otras asociaciones, clubes… Hoy día, no se concibe salir a pasear un fin de semana por las inmediaciones de nuestro puerto, sin ver a lo lejos un par de barcos remando por la dársena. El remo es una realidad, que forma parte del panorama deportivo cartagenero y que ha vuelto para no irse.

El remo es una realidad, que forma parte del panorama deportivo cartagenero y que ha vuelto para no irse.

Las balleneras dieron paso a los actuales faluchos, adquiridos por el Corte Inglés y la Universidad Politécnica de Cartagena y cedidos a los festeros, más ligeros y habituales de la competición, los remos de madera cedieron, ante los de carbono, en definitiva, el remo ha ido ganando peso poco a poco en nuestra sociedad.

La Batalla Marítima

Futuros éxitos

Y ya se comienzan a ver los primeros éxitos que va cosechando nuestro deporte. Tanto en victorias como en participación.

En 2.005 entraron en liza, los equipos femeninos, que se tomaron la competición con tanta seriedad y profesionalidad como los masculinos, debutando ese año con victoria cartaginesa. En este apartado de la regata, los dos bandos han estado más igualados, (10 victorias cartaginesas frente a 6 romanas).

En 2.005 entraron en liza, los equipos femeninos, que se tomaron la competición con tanta seriedad y profesionalidad como los masculinos.

Nació como batalla deportiva y como tal, abre las actividades festeras, del día en que la ciudad, cambia de manos.

Lo dicho, este bonito deporte, tan marinero está subiendo muchos enteros entre la población cartagenera, y dada su popularidad y la tradición que se está desarrollando a su alrededor, no estaría de más ,que se volvieran a organizar actividades accesorias a la regata como antaño, para arropar un poco más a los equipos y a todos los espectadores, que madrugan ese día festivo, para contemplar una regata que dio origen a todo, porque este pulso marítimo no es solo una competición.

Nació como batalla deportiva y como tal, abre las actividades festeras, del día en que la ciudad, cambia de manos.

Joaquín Moya
Cronista